Publicado el 11-08-2001
Homenaje al gran Cuchi Leguizamón
La obra del Cuchi Leguizamón sigue inspirando las creaciones de los músicos populares. Las zambas que compuso forman parte del imaginario de la gente. Por eso, durante todo este mes y a partir de esta noche (antes de cumplirse el primer aniversario de su muerte, en septiembre) músicos y poetas se reunirán en el Centro Cultural Borges para rendir tributo a su figura de la mejor manera: interpretando su obra.
Los sábados, a las 21, se realizará el espectáculo “El sentir del Cuchi”, ideado por el bailarín Ricardo Cabrera y el pianista Eduardo Lagos. Habrá poesía, danza y música a cargo de invitados salteños como el Chango Nieto, Melania Pérez y Juan Falú, además de Tati Lazo, poeta norteño, que contará anécdotas del Cuchi.
Mientras que los domingos, a las 20, Lilián Saba y Manolo Juárez coordinarán un ciclo donde pasarán figuras y cantores que tienen la influencia del Cuchi Leguizamón dentro de sus propuestas. Raúl Carnota, Lorena Astudillo y La Negra Chagra actuarán mañana. El próximo 19 estarán Manolo Juárez, Chany Suárez, Oscar Alem y Silvia Iriondo. Del cierre del domingo 26 participarán Eduardo Spinassi, Rodolfo Sánchez, Laura Albarracín, Nora Sarmoria y Liliana Herrero.
Manolo Juárez, Liliana Herrero y Lorena Astudillo, que participarán de este tributo, tienen bastantes coincidencias sobre el universo musical del Cuchi Leguizamón. La primera es que los tres decidieron rescatar la obra del compositor salteño por medio de un disco dedicado íntegramente a sus composiciones más populares y menos conocidas.
En el caso de Manolo, el álbum homenaje al Cuchi todavía es un proyecto a punto de materializarse. Tiene elegidas las trece canciones que integrarán este material, donde quedó demostrado que el repertorio de Leguizamón sigue dando tela para cortar. “Me volví loco, porque son todas lindas. Ahora estoy con mucho trabajo. Grabé con mi quinteto, me tengo que ir a grabar a Barcelona. Por eso, lo de Cuchi seguramente lo voy a registrar durante los primeros meses del año próximo”.
Las cantantes, en cambio, ya dejaron plasmado su visión del pianista. Liliana Herrero y Juan Falú sacaron un disco en dúo el año pasado donde reúne exclusivamente las composiciones de Leguizamón y Manuel J. Castilla, que están presentando por el interior del país. “Yo siempre grabo sus temas –reconoce Herrero–. Porque Cuchi encontró la feliz coincidencia entre la poesía y la música, que hacen ese milagro que se llama canción folklórica. Perteneció a la época que debía pertenecer. Era ése el momento donde algunos hombres como él mostraron un modo de estar en la música, en la poesía y en el arte que, ahora, en ciertos lugares, se ha perdido”.
Para Lorena Astudillo, la obra de Leguizamón le sirvió a manera de muy buena presentación dentro del ambiente folklórico con el disco de cuidada factura “Lorena canta al Cuchi”, donde ofrece versiones de “Lavanderas de río Chico” o exhuma otras piezas como “Cartas de amor que queman”. “Me gustaría en un próximo CD incluir un tema suyo –asegura Lorena– porque lo que coseché con el primer disco fue muy grande.”
–¿Y hoy qué les sugiere la obra de Leguizamón?
Herrero: –Voy a cambiar el verbo. Diría que me sumerge en un mundo armónico y melódico inagotable, finísimo y que se copia a sí mismo. Él logró un estilo y el que logra fundar un estilo y se copia a sí mismo es porque anduvo mucho. Porque uno siempre se para sobre los hombros de los gigantes al momento de pensar la música, pero el Cuchi logró dar una vuelta más de tuerca, pensar en la producción propia y encontrarle un mecanismo reconocible. El me sugiere invención y humorismo, porque su música está llena de chistes y guiños.
Juárez: –Los tipos que se centran en su mundo dejan una huella digital para el futuro. Y tiene todo el derecho de repetir su documento de identidad. Yo revisé la obra completa de él, para grabar un compacto para el sello EMI, y no sabía qué temas elegir. Las chacareras no son tantas, ¡pero las zambas! Por otro lado, hay una injusticia con el Cuchi que hemos cometido todos. Lo mismo pasó con Troilo, que se lo ubica como el bandoneón mayor mientras que muchos se olvidan de que era un gran compositor. De Cuchi se habla como el gran músico pero, ¿alguien se acuerda del gran poeta?
Astudillo: –A mí el Cuchi me vino como una certeza, lo elegí de una forma insólita. Quizá desde una frase suya que dice que “si uno pudiera vivir sin la memoria tal vez sería posible vivir como los pájaros y también morir como ellos. De convertir la muerte en un hecho natural., en una mansa entrega a la tierra”. Esa frase que es contradictora y echada al aire me impresiona y me hace encontrar una respuesta posible frente a la muerte. Y su obra me permitió resumir un punto de partida para mi primer disco, primero en un sentido respetuoso y luego amoroso. Yo tengo influencias de la música urbana y hasta me sentí culpable por hacer ese trabajo. Pero sentí que en las estructuras de su obra también estaba eso. Y lo considero un maestro, aunque sólo lo pude ver un día, durante una siesta, en el 99, cuando ya estaba muy enfermo.
Herrero: –La unidad del hombre con la naturaleza está en el Cuchi y en todos los poetas con los que se relacionó. Con Manuel J. Castilla dice: “Yo estoy nomás, me va tapando los ojos la eternidad”, o Manuel dice: “Mírenme a los ojos a ver si es que les miento. Después, si ya estoy muerto échenme arena y agua así regreso”. Esa idea romántica, en el sentido del romanticismo alemán, porque creo que lo tomaron de ahí, era motivo de charla constante.
Anécdotas
Las admiración por el personaje parece tan grande como por su la obra. La charla deriva en anécdotas de principios de la década del 80, la época cuando se registró la única grabación en vivo de Leguizamón, en Rosario, durante “Solo Piano” un ciclo donde también participó el Mono Villegas, impulsado por Manolo Juárez y Susana Varell.
Por esa época el Cuchi no sólo compartía la música con sus pares, sino también secretos de comida, cuentos, historias sobre el arte de los etruscos, entre otros temas, con los que alguna vez deleitó a Liliana y a Manolo (en casa de Liliana) mientras copaba la cocina para cocinar pollo. “Era un gran cocinero. Decía que la comida se hace igual que las melodías”, recuerda la cantora. Y Manolo apunta: “Un día hizo un pollo normal, para los de la ciudad, y otros para los kollas. Cuando comí el de los kollas me salió humo por las orejas. Mientras los preparaba me decía que a uno le faltaba un acorde disonante, por eso le echaba pimienta o ají p… p… Relacionaba el picante con la disonancia… era un maestro.
–Parecería que nunca sintió la música como un oficio o algo profesional.
Herrero: –Creo que él era la música y no hacía divisiones. Para él era, más bien, algo placentero.
Juárez: –También decía que uno tiene vergüenza de desnudarse frente a una persona que no sea su pareja. Pero sí lo hace cuando compone música. “Uno se entrega a todo y hay desnudos lindos o feos. Pero siempre se está como se viene al mundo.”
–Ya que tanto Liliana como Lorena mencionaron a la muerte hace unos minutos, ¿el homenaje que comienza este fin de semana es a ese personaje que ya no está o a su obra?
Astudillo: –La muerte real y la respuesta del arte a la muerte son cosas muy distintas. El reconocimiento viene después. Sin embargo, un homenaje debería ser algo vital. Creo que después de muchos años el Cuchi va a ser de todos. Antes de grabar el disco me fui a Salta y anduve por todos lados, por la casa de Castilla, por la panadería de Riera… porque lo necesitaba para cantar esas canciones. Y lo primero que me dijo un remisero fue: Leguizamón es patrimonio cultural salteño.
Herrero: –Es de todos de la manera como a él le gustaba. Porque hay gente que canta sus temas sin saber de quién son. A él le gustaba la idea de lo anónimo. Sus hijos contaban que una vez estaba en su casa y por la calle, en época de carnaval, pasó un grupo cantando un tema suyo.
Entonces Cuchi salió a preguntar de quién era. Le dieron otro nombre y él se rió. Pero luego apareció mucha gente con curiosidad y talento que tomó su obra. Todo homenaje es tardío, pero a Leguizamón seguramente le parecería bien